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Hay ciertas épocas del año en el que algunas personas buscan perder peso de forma rápida y sin esfuerzos. Normalmente esto suele pasar cuando se acerca el verano, cuando han pasado una época festiva donde han comido y bebido mucho o cuando necesitan ponerse una determinada talla de ropa para un evento. 

Antes estas situaciones, hay ciertas personas que suelen caer en manos de las dietas milagro, aquellas dietas que prometen una rápida pérdida de peso (más de 5 kg/mes) sin esfuerzo y sin riesgos para la salud. Además de que promueven comer mucho de un solo alimento o eliminan o restringen severamente un grupo de alimentos entero, ofrecen menús muy rígidos y/o afirman que no hace falta hacer ejercicio. 

En esta nueva entrada de blog te contamos qué características tienen, cómo identificarlas y qué te proponemos a hacer para conseguir tu objetivo nutricional de forma saludable. 

Características de las dietas milagro 

Seguramente conozcas a alguna dieta que cumpla las características que te vamos a nombrar a continuación. Si la que tienes pensado empezar a hacer cumple alguna de ellas, te recomendamos que la dejes a un lado y lleves las recomendaciones que te contamos después. 

– Son muy restrictivas en energía y desequilibradas en algunos nutrientes y excluyen de la dieta numerosos alimentos necesarios para el organismo. 

– Son difundidas a través de programas de los MMCC: televisión, revistas de moda, etc. e influencers. 

– Suelen estar asociadas a ventas de productos. 

– Muchas de ellas son ricas en grasas saturadas, en proteínas de origen animal y deficitarias en vitaminas y minerales. 

– Son prescritas por personas sin conocimientos científicos ni profesionales en el campo de la nutrición. 

– Trasmiten conocimientos erróneos sobre la obesidad y su tratamiento. 

– Fomentan el sentimiento de frustración afectando negativamente el estado psicológico del paciente con exceso de peso 

– Inducen cambios en el metabolismo energético que produce estados de “resistencia” a la pérdida de peso con la realización de sucesivas dietas. El llamado efecto rebote. 

 Cómo identificar una dieta milagro 

A veces no es fácil desenmascarar a una dieta milagro porque se camufla bajo campañas publicitarias muy bien diseñas o cuenta con el aval de un “reputado experto” (que nunca lo es). Algunos de los ítems en los que te puedes fijar son: 

– Promete resultados rápidos y asombrosos 

– Ofrece listados de alimentos “buenos” o “malos” 

– Se puede autoadministrar o implementar sin la participación de profesionales sanitarios cualificados 

– Atribuye “proezas” a determinados nutrientes 

– Conlleva consumir “preparados” que venden quien promueve la “dieta” o el “método” y dice ser naturales y seguros 

– Los preparados que se consumen (productos dietéticos) tienen un coste muy elevado si los comparamos con el valor económico de obtener los mismos resultados mediante alimentos comunes 

No obstante, el problema de las dietas milagro suele estar en la forma de venderlas. Porque explican un problema complejo de una forma enormemente simplificada, utilizan testimonios falsos, no representativos y exagerados y utilizan términos y mecanismos que aparecen científicos, pero que no lo son, sin demostrar o inventados. 

 Aprende a comer de forma saludable 

Si tu objetivo nutricional es perder peso, lo primero que tenemos que decirte es que tienes que tomarte tu tiempo y hacerlo de forma consciente y voluntaria. El proceso de bajada de peso puede tener altibajos y hay muchos factores que influyen en él. 

El mejor tratamiento para conseguir perder peso saludable es aquel que modifica tu estilo de vida y promueve un cambio en los hábitos alimentarios a medio largo plazo. Y esto cómo se consigue, con la educación alimentaria. 

Se trata de la estrategia que te proporcionará las herramientas adaptadas y los recursos necesarios para que sepas qué hacer, qué decisiones tomar y cómo actuar para mejorar tus hábitos alimentarios de manera totalmente consciente y voluntaria. 

El principal objetivo es que aprendas a comer y a planificar tu alimentación de manera sana y equilibrada, basada en alimentos frescos y saludables. Es importante que busques sentirte bien contigo mismo y libre de poder elegir sin seguir un papel restrictivo que no se adecue a tu vida laboral, familiar y social. 

Busca cambiar e incluir nuevos hábitos alimentarios desde el primer día, sin tener una fecha de término, buscando el placer por la comida y centrándote en el proceso y no tanto en los resultados. 

Identifica aquellos cambios alimentarios que tienes que realizar y empieza por los que más fácil puedan resultarte y más impacto puedan tener en tu objetivo. Te dejamos algunas propuestas: 

– Reduce el consumo de alimentos ricos en azúcares añadidos (chocolate, galletas, zumos, golosinas, refrescos, etc.). 

– Reduce el consumo de carnes procesadas- fiambres y embutidos. 

– Reduce el consumo de comida rápida (pizzas, hamburguesas, platos precocinados) y snacks. 

– Consume diariamente alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales integrales (pan, arroz y pasta integral) y frutos secos 

– Consume semanalmente pescados blancos y azules, huevos y carnes magras (pavo, pollo) 

– Emplea técnicas culinarias saludables: vapor, horno, papillote, hervida, plancha, salteados, etc. 

 ¿Ya has escogido uno o dos hábitos a cambiar? Ahora solo te queda anotar en la agenda el día que vas a comenzar a realizarlo y poco a poco ir implentándolo en tu alimentación para empezar a comer de forma saludable.