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¿Qué es la hipertensión arterial?

La presión arterial es la fuerza que realiza el corazón para poder expulsar la sangre y enviarla a través de la circulación a todos los órganos.

La elevación de los niveles de presión arterial por encima de los niveles aceptados >135/85mmHg, se considera hipertensión arterial. Las causas por las que una persona presenta hipertensión no son claramente conocidas.

Ser hipertenso se considera una enfermedad, ya que es un factor inductor de cardiopatía isquémica, enfermedad cardiovascular y renal.

El tratamiento adecuado es importante para prevenir enfermedades como infarto de miocardio, enfermedades oculares, enfermedad renal y patología cerebrovascular. Es por ello la importancia de conocer y educar sobre esta temática por las consecuencias que tiene y porque gran parte de las estrategias de prevención y tratamiento dependen de cambios en el estilo de vida del paciente.

¿Cuáles son las causas? ¿Qué produce que una persona sea hipertensa?

Como anteriormente hemos comentado, en el 95% de los pacientes que presenta hipertensión arterial, no se conoce la causa; este tipo de hipertensión arterial se conoce como “esencial”. Se debe y puede tratar pero no se va a curar, precisa vigilancia continua. Cambiando el estilo de vida, la dieta, realizando ejercicio físico se pueden conseguir grandes logros sin en muchos casos precisar tratamiento farmacológico para conseguir unas cifras de presión arterial dentro del rango normal.

Una minoría de los pacientes hipertensos, aproximadamente el 5%, la hipertensión se debe a enfermedades como coartación aórtica, tumor glándulas suprarrenales, enfermedad endocrina, alteraciones en la circulación renal. En estos casos, tratando la causa se corrige definitivamente hipertensión.

¿Cuál es el efecto perjudicial de la hipertensión arterial para nuestro organismo?

Al igual que cuando realizamos ejercicios para aumentar la masa muscular (por ejemplo: pesas), si nuestro corazón necesita realizar una presión mayor para enviar la sangre hacia los vasos, acaba aumentando su masa muscular (hipertrofia) sobre todo del ventrículo izquierdo. Este aumento de masa muscular precisa mayor demanda de energía sin llegar a conseguir el riego sanguíneo ideal. ¿Qué puede producir esto? Puede provocar infarto cardiaco y arritmias.

En pacientes que ya han tenido un infarto de miocardio o ictus es imprescindible mantener cifras controladas de presión arterial ya que el descontrol de éstas les hará más susceptibles de presentar un nuevo evento cardiovascular.

A nivel de los vasos sanguíneos, la hipertensión arterial favorece el depósito de grasas en los vasos disminuyendo su calibre; al igual que favorece la aparición de coágulos dentro de los vasos (trombosis) lo cual predispone a infarto cerebral y cardíaco.

Al igual que ocurre en una tubería, cuando aumentamos la presión dentro de los vasos puede haber una rotura o dilatación de éstos, pudiendo desembocar en una consecuencia grave como es una hemorragia.

¿Qué podemos hacer para mejorar las cifras de presión arterial?

Llevar a cabo medidas para mantener un estilo de vida cardiosaludable, como son:

–  Restringir la sal (conservas, salazones, embutidos, retirar el salero de la mesa).

–  Grasas, sobre todo las saturadas (bollería, carnes, embutidos) ya que aumentan las grasas circulantes en sangre, disminuyendo el calibre de los vasos.

–  Seguir una dieta mediterránea, con consumo frecuente de verduras, legumbres, frutos secos y frutas. La ingesta de grasas debe limitarse y ser a expensas de ácidos grasos poliinsaturados como el aceite de oliva, pescado y aves; disminuyendo el consumo de carne roja.

–  Ejercicio físico aeróbico, 150 minutos semanales, por ejemplo, de marcha.

–  Disminuir situaciones estresantes, no fumar y disminuir la ingesta alcohólica.

–  Si existe sobrepeso u obesidad, realizar dieta hipocalórica además de las anteriores restricciones para conseguir normopeso.

Si a pesar de haber introducido cambios en el estilo de vida seguimos sin control de la presión arterial, habrá que introducir tratamiento farmacológico.

La disminución de la presión arterial con cambios en el estilo de vida junto a tratamiento farmacológico si este último fuera necesario, disminuye el impacto negativo que tiene sobre los órganos más propensos a lesionarse por aumento de presión arterial: corazón, cerebro, riñón y retina.

Autor: 

Alejandro Moreno García
Médico especialista en traumatología

Número de colegiado: 464626688